Vaikrá (Levítico) 25:1-27:34.
Haftará:
Yirmiyahu (Jeremías) 32:6-27; 16:19-17:14.
Código Real (NT) Matiyahu (Mateo) 25:1-28:20.
Con las lecturas correspondientes a estas dos parashiot que corresponden para este Shabat, terminamos el Libro Vayikrá o Levítico, conocido como el Sefer (libro) de la santidad, en el cual están anunciados los mitzvot (mandamientos), dados por el Eterno a su siervo Moshéh en Har (monte) Sinaí para que los trasmitiera a su pueblo escogido y los practicaran como estilo de vida, ya que deben ser Kedoshím (apartados) porque Kadosh (Santo) es EL.
Mandamientos para la construcción del Mishkan, el sacerdocio, los sacrificios, leyes de alimentación, las leyes de pureza, leyes que aplican al Shabat y las festividades; el mandamiento del diezmo y las ofrendas, los mandamientos que deben guardar con HaShem, con su prójimo y con la comunidad, etc.
En estas parashiot se nos dan las instrucciones del descanso para la tierra, el jubileo y las leyes para los siervos.
Al igual que el Eterno aparta el Shabat semanal para el descanso de sus criaturas, una vez entren los israelitas a la tierra de Ysrael, deben trabajarla durante seis años y al séptimo es (Shemitá) descanso también para la tierra; gran Shabat será para la tierra, ya que no se la da el Eterno a los hijos de Ysrael en perpetuidad, porque la tierra es de HaShem. Levítico 25:1-7.
Y llegamos al año de Yobel, o año del Jubileo y nos dice la Torah en Levítico 25:8-10; Deberás contar para ti siete Shabatot de años, siete años siete veces; cuarenta y nueve años serán. Harás sonar el toque del Shofar en el séptimo mes, en el décimo día del mes; en el día de expiación harán sonar el shofar en toda la tierra de ustedes. Santificareis el quincuagésimo año y proclamaréis en la tierra libertad a todos sus habitantes: Yobel (jubileo) os será, y os volveréis cada uno a vuestra posesión, y cada cual retornará a su familia.
Nos dice esta cita que después del día diez del séptimo mes, día de ayuno total que es el día del Perdón nacional conocido como Yom Kipur, se tocará el Shofar porque el año sabático llegó; año completo de gran júbilo, en el cual todo israelita vuelve a su posesión en la tierra de sus ancestros y a su familia.
Al esclavo, su amo le tiene que dar la libertad y junto con sus hijos volverá a la tierra que el Eterno dio a sus padres.
El que tuvo que vender su tierra, la recuperará nuevamente; el siervo y la sierva saldrán libres.
Gran fiesta el año Yobel (Jubileo) en todo Israel, los caminos llenos de personas con gran gozo volviendo a los suyos y a su tierra; por fin libres de cargos, de deudas, de amos, para comenzar una nueva vida; un año entero de descanso para disfrutar con todos los suyos en el cual no sembrarán.
Sabemos que todas las festividades son proféticas y apuntan al Mashíaj y a su final cumplimiento.
Este año sabático y de gran gozo, se corresponde en la profecía con los mil años del reinado del Mashíaj.
Nos dice rab Shaúl en 1ª Tesalonicenses 4: 16.17; Porque el Adón mismo con voz de mando, como de arcángel, y con shofar de Di-os descenderá del cielo; y los muertos en Mashíaj resucitarán primero. Luego nosotros, los que estemos aquí aún vivos, seremos levantados hasta las nubes, para juntarnos con ellos y darle la bienvenida al Adón desde el aire y así siempre estaremos con el Adón.
El año del Jubileo apunta a la final redención.
El año del Yobel, dejaban de ser esclavos, o siervos; el último Yobel este cuerpo mortal se revestirá de inmortalidad y no habrá más enfermedad.
El año del Jubileo todas las familias se reunían, el último Jubileo estaremos todos juntos con el Mashíaj.
El año Yobel recuperaban la tierra de sus ancestros; el último Yobel el Mashíaj nos introducirá a cada uno a la tribu que pertenezca, y si tus ancestros no son de ninguna tribu, porque no perteneces por nacimiento al pueblo de Ysrael, entrarás de la mano de tu redentor Yeshúa, resucitado el Mashíaj, a la tribu de la realeza a la que pertenecía, la tribu de Yehudá (Judá).
Pero antes de que comience el toque del Shofar y se proclame el año del Yobel o Jubileo, el Eterno por Su Torah, nos dice de un día anterior; el día diez del séptimo mes; día de la expiación, en el cual todo Ysrael y los que hayan aceptado sobre sí al Eloah de Ysrael y Su Torah, deben hacer ayuno total e introspección, para arrepentimiento y confesión de todos los pecados cometidos desde el último Yom Kipur.
Nuestro ribi nos anuncia este evento de la revelación del Mashíaj y la importancia de estar preparadas a modo de parábola o midrásh en Matiyahu (Mateo) 25:1-13:
Cuando el Maljut HaShamaím (Reino de los cielos), esté para manifestarse, será comparado a diez muchachas jóvenes, que tomando sus lámparas, salieron al encuentro del novio. Cinco eran insensatas y cinco prudentes. Porque las insensatas, al tomar sus lámparas, no tomaron consigo aceite extra. Más las prudentes tomaron aceite de repuesto en sus vasijas, juntamente con sus lámparas. Y tardándose el novio, todas cabecearon y se durmieron. Y a la medianoche hubo un clamor: ¡He aquí el novio! ¡Salid a juntaros con él! Entonces todas aquellas muchachas se levantaron y arreglaron sus lámparas. Y las insensatas dijeron a las prudentes: dadnos de vuestro aceite, pues nuestras lámparas se están apagando. Más las prudentes les respondieron diciendo: Si os damos, no habrá suficiente ni para vosotras, ni para nosotras, id pues a los que venden y comprad para vosotras mismas. Pero mientras iban por el aceite, llegó el novio y las que estaban listas, entraron con él a la fiesta de las bodas (Milenio) y fue cerrada la puerta. Más tarde llegaron también las otras muchachas diciendo: “Adón, Adón, ábrenos”. Pero él respondiendo dijo: “De cierto os digo: No os reconozco” Velad, (como si fuera el día de Yom Kipur), porque el día ni la hora lo sabréis.
Debemos seguir perseverando en el estudio y práctica de la Torah, en la Tefiláh (oración) y en Tzedaka (obras que agradan al Padre).
Estas son el aceite que debemos tener y que no escasee en nosotras, porque al toke del Shofar, en un abrir y cerrar de ojos, se revelará el Mashíaj y ya no habrá tiempo de ir a estudiar Torah, ni hacer Tefiláh, ni buenas obras.
Que a ninguna de nosotras nos tenga que decir el Mashíaj: “No os reconozco”, un hebraísmo que quiere decir: Habéis vivido violando la Torah. Sino que escuchemos la voz de nuestro amado diciéndonos: Venid, benditos, porque a mi Padre le ha placido que entréis en el maljut (Reino)
Con el permiso del cielo, bajo los méritos de nuestro santo maestro Yeshúa Ha Mashíaj y bajo la autoridad del rabí Dan y la Rabanit Yehudit y el permiso de mi esposo, el Rab Kefa, sobre ellos sea la bendición.
Que la luz del Shabat irradie en cada una de vosotras y en los vuestros. Shabat shalom.
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