Parashá Vayejí: Descubre cómo tus palabras pueden transformar vidas y sembrar amor en quienes te rodean.
La parashá de esta semana, Vayeji (Génesis 47:28–50:26), nos regala una enseñanza poderosa y profundamente inspiradora: el valor eterno de nuestras palabras y el impacto de las bendiciones que damos. Es la historia del patriarca Ya'akov, quien, al final de su vida, bendice a sus hijos y nietos, dejando una huella que perdurará por generaciones.
¿Por qué esto importa para ti, mujer virtuosa?
Imagina por un momento que tus palabras son como semillas. Cada vez que hablas, estás sembrando en los corazones de quienes te rodean: tus hijos, tu esposo, tus amigos, e incluso en ti misma. Ya'akov, con toda su experiencia y sabiduría, entendió que las palabras tienen el poder de construir o destruir, de levantar o deprimir, de iluminar u oscurecer.
Como mujer de fe, tienes esa misma capacidad. Tus palabras pueden ser una fuente de vida, fuerza y esperanza para quienes te escuchan. La Torah nos enseña que cada palabra que pronunciamos tiene un peso espiritual.
En Bereshit (Génesis) 49:28, leemos:
וַיְבָרֶךְ אֹתָם, אִישׁ אֲשֶׁר כִּבְרָכָתוֹ בֵּרַךְ אֹתָם
Va-yevarekh otam, ish asher ki-virkhato beirakh otam.
"Estas son las doce tribus de Israel... y los bendijo, a cada uno, según su bendición".
Ya'akov entendió las diferencias únicas de cada uno de sus hijos y los bendijo de acuerdo con lo que cada uno necesitaba. Este acto nos recuerda que bendecir no es solo decir palabras bonitas; es reconocer lo mejor en los demás y declararlo con amor.
El poder de tus palabras en la vida diaria
Querida amiga, a veces las ocupaciones y las tensiones del día a día pueden hacernos olvidar cuánto bien podemos hacer con una palabra amable o una tefilá (oración) sincera. Pero quiero recordarte: ¡tú tienes el poder de cambiar el ambiente en tu hogar y tu entorno!
¿Sabías que las palabras pueden construir un refugio de paz en medio de las tormentas diarias? Tus bendiciones pueden marcar la diferencia en la vida de tus hijos cuando les dices:
"Eres capaz, valiente y amado/a por Dios".
"Que Di-s te guíe y te dé sabiduría en todo lo que hagas".
Incluso con tu pareja o amigos, puedes practicar este acto sencillo pero transformador al decir:
"Estoy agradecida por ti".
"Que Di-s te fortalezca y te llene de alegría".
Yeshua también habló sobre el poder de las palabras
En el Código Real, en el Sefer Matiyahu/Mateo 12:35-37, Yeshua dijo:
"El hombre que guarda la Torah, de la Torah en su corazón, hablará cosas buenas; pero el que atesora dentro un corazón malvado, de sus maldades internas, hablará su boca. Más os digo, que cuando venga el Día del Juicio, hasta de toda palabra dicha por descuido, tendréis que dar cuenta Por tanto, lo escondido en tu corazón y revelado en tus palabras, hará evidente si serás justificado o si serás condenado."
Esto refuerza la importancia de elegir palabras que edifiquen, sanen y eleven. Tú, mujer virtuosa, estás llamada a ser un faro de luz en un mundo lleno de oscuridad.
Una práctica para comenzar hoy
Te invito a hacer algo sencillo, pero poderoso: toma unos minutos antes de dormir y reflexiona sobre las palabras que has dicho durante el día.
Pregúntate:
¿Bendije a alguien hoy?
¿Hablé con amor y paciencia?
¿Sembré esperanza con mis palabras?
Luego, siéntate con tus hijos, tu pareja o incluso contigo misma, y pronuncia una bendición en voz alta. Puedes decir algo como:
"Que Di-s te dé paz, salud y sabiduría".
Este pequeño gesto puede sembrar grandes cambios.
Una historia para reflexionar
Cuenta una anécdota rabínica que un hombre, angustiado por el daño que sus palabras habían causado, fue a pedir consejo. El rabino le dijo:
"Ve y esparce las plumas de un almohadón por toda la ciudad".
El hombre lo hizo, pero al regresar, el rabino le respondió:
"Ahora ve y recoge cada pluma que el viento dispersó".
Así son nuestras palabras: una vez dichas, no podemos recuperarlas, pero podemos elegir con intención las palabras que sembramos a partir de hoy.
Conclusión: Bendice y transforma tu mundo
Querida amiga, así como Ya'akov bendijo a sus hijos y dejó un legado de fe, tú también tienes la oportunidad de impactar vidas con tus palabras. Comienza en casa, con tus seres queridos, y extiende esa luz a todos los que te rodean.
Recuerda: una mujer virtuosa no solo busca a HaShem, sino que también comparte Su amor con los demás. Que tus palabras sean siempre una fuente de bendición, esperanza y alegría.
Shalom y que Di-s te bendiga.
PD de Emunah: Si te gustó esta reflexión, comparte este mensaje con alguien que también necesite un poco de esperanza. Con un solo clic puedes estar ayudando a llenar el corazón con fe de alguien que quizás lo necesite y aún no te lo ha dicho. 💕
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