Las diferencias en las enseñanzas del Ribí, de Rashbi y de Rabi Najman
Por Dan ben Avraham sobre Lag ba’Omer
Se acerca el día de Lag ba’Omer (día 33 de la cuenta del Omer) donde los seguidores de Shimon Bar Yojai, (en hebreo: שמעון בר יוחאי, o Rashbi por sus siglas) viajan a su tumba en Merón, Galilea, Israel, para celebrar su muerte y su legado. Aunque nosotros, como discípulos del Ribi no tenemos esa costumbre, es importante subrayar la diferencia entre nuestro Ribi Yehoshua y otros grandes Rabinos de nuestro pueblo Israel.
En esta entrega, quiero hablar de las enseñanzas del Ribi, en contraste con las enseñanzas del Rashbi y las de Najman de Breslev.
El RIBI (Rabenu Yehoshua Bar Yosef), en la primera parte del primer siglo, afirmó que el Padre le había dado potestad para hacer milagros y finalmente resucitar a sus seguidores en los días del fin de esta presente:
“Esta es la voluntad del Padre: Que todo aquel que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero”. (Yojanán 6).
Luego vino Rashbi (Shimón Bar Yojai), en la primera parte del segundo siglo, y prometió a sus seguidores que haría “salvación y milagros”. (Zohar)
Después vino Najman de Breslev y prometió a sus seguidores rescatarlos del Gehinom (infierno), incluso si tuviera que hacerlo “tomándolos por los pelos”. (Likutei Moharan)
Hoy día, decenas de miles d judíos viajan a Merón, Israel, donde está el sepulcro del Rashbi, o a Uman, Ucrania, donde está el sepulcro de Najman de Breslov, creyendo que ambos pueden interceder por ellos y hacerle milagros, aun cuando ambos están muertos.
Nosotros, los seguidores del Ribi, no podemos ir a su tumba, porque está vacía, el Ribí fue resucitado por el Padre y sentado a Su diestra y desde allí, vivo, intercede por nosotros, habiéndonos dejado una transparente promesa: “Todo lo que pidieras al Padre en mi Nombre, yo lo haré”.
¿Permite la Torá la hechicería o consultar a los muertos?
Nuestras prácticas se fundamentan en la enseñanza de Moshé Rabenu, que nos prohíbe categóricamente ningún intento siquiera de comunicación con los muertos, mucho menos rezarles a los muertos. Como está escrito en la Sagrada Torá: “No se halle en ti …. Nadie que consulte a los muertos” (Devarim | Deut. 18:11,11)
También esta escrito: “¿No deberá consultar el pueblo directamente a su Dios? ¿Acaso consultan los vivos a los muertos”? (Yeshayahu Isaías 8:19)
Está clarísimo que la Torá y los profetas, no solo prohíben la práctica hechicera de consultar los muertos, pero además destaca la inutilidad e inadecuación de buscar consejo en los muertos. La Torá promueve una teología de la intercesión dirigida exclusivamente a Dio Altísimo y nadie más, sin intermediarios. Sobre esto nos enseñó al Ribi: “Todo lo que pidas al Padre…” y también enseñó a orar a sus estudiantes diciendo que deben dirigirse, exclusivamente a “Nuestro Padre que está en los cielos”.
Nuestro Ribí, fue muy claro en sus palabras al enseñar que las oraciones deben estar dirigidas exclusivamente a Dio Altísimo, no a Moisés, ni a los profetas, a ningún Rabino y ni siquiera a él como Mesías dirigir las oraciones, sino solo a Hashem Elohenu.
He aqui la diferencia...
Esta es una de las grandes diferencias entre el Ribi y el Rashbi y Najman.
Cada cual debe decidir a dónde ir para encontrar respuestas a sus ruegos y recibir los milagros del Shamayim. Incluso hay muchos relatos, historias y midrashim de nuestro Pueblo donde grandes jajamim enseñaban a solo orar a Di-s, el único que tiene el poder y la fuerza para contestar nuestras tefilot (oraciones).
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