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Sefer Tehilim

תהילים

El Libro de los Salmos, en hebreo llamado Tehilim, es una colección de poemas y cánticos que abarcan una variedad de temas, desde la alabanza y la adoración hasta la lamentación y la súplica.

Se atribuyen varios autores a los Salmos, incluidos David, Asaf, los hijos de Coré y otros. Este libro refleja la riqueza de la experiencia espiritual de diferentes individuos en diversas circunstancias.

Leer los Salmos:

El libro de los Salmos

El libro de los Salmos ( Sefer Tehilim), es en realidad una recopilación de plegarias, escritas por nuestros profetas y reyes bajo inspiración divina, en diferentes períodos de tiempo del Israel Bíblico.  Se trata entonces más de una “antología” que de un libro monolítico. 

Por su género literario poético y profético, conforma el primer libro de la tercera sección del Tanak,  llamada Ketuvim (Escritos) y podemos contar en este Sefer Tehilim, 150 capítulos, siendo cada salmo un capítulo único en su clase.

Por ser el primer libro de la tercera sección de la Biblia Hebrea, en ocasiones representa toda esa sección y basta decir,  Toráh- Profeta y Salmos, para que “Salmos” sea representativo de toda la sección de Ketuvim.

Sefer Tehilim ha sido, durante siglos, el Salterio principal del pueblo hebreo y cada generación de los hijos e hijas de Israel, han encontrado en estos salmos benditos e inspirados, fuente de fortaleza, sabiduría y consolación, especialmente en momentos de apremios, porque, cada salmo , escrito bajo inspiración divina, expresa realmente  la necesidad del alma humana, no importa la época o las circunstancias que nos haya tocado vivir.

Es por eso que nuestra generación acude también a esta maravillosa fuente de consolación, fortaleza espiritual y esperanza, porque cada Tehilim se vuelve un espejo que refleja lo que cada persona necesita realmente en ciertos momentos únicos de su vida, para acercarse a Dio Altísimo y rogarle Su ayuda, protección, provisión y orientación espiritual.

El capítulo más corto del Salterio es el Salmo 117 y el más largo, el 119 conteniendo 176  pesukim o versículos, ordenados poéticamente con las letras del Alef-Bet. 

Precisamente porque el Salmo 119 contiene todas las letras del alfabeto hebreo en orden ascendente, es decir, comenzando con la Alef y terminando con la Tav, tenemos la costumbre de utilizar la sección de este Salmo  según sus letras hebreas, para personalizarlo como tema de súplica a Di-s.  

Por ejemplo, si tu nombre es Yael,  podrías considerar buscar la sección del Salmo dedicada a la letra hebrea Yod, y de esa manera, tu nombre y la raíz espiritual de tu alma, podría encontrar en esa sección, expresiones y palabras que traigan una fortaleza espiritual muy particular para atender tu necesidad específica.

La mayoría de los salmos han sido atribuidos al rey David, el dulce cantor de Israel. Y de hecho, nos cuenta el Midrash que cuando el viento soplaba por su ventana y las cuerdas de su arpa vibraban, David se levantaba y escribía los salmos, teniendo en mente, no solo su circunstancia específica, sino la de todos los hijos e hijas de Israel que pudieran luego leerlos, rogando al Altísimo que esos salmos le hablaran también a su corazón como estaban hablándole particularmente al suyo mientras los componía. 

Muchos de los salmos fueron escritos en medio de situaciones muy específicas del autor sagrado, especialmente en tiempos de peligros, rodeado de enemigos, crisis nacional, estados de postración espiritual por haber pecado, suplicando el perdón divino, y también, por supuesto, en momentos de mucha alegría y gozo, cuando la Presencia Divina salvó de un peligro al autor o le mostró el camino correcto para salir adelante en una situación de aprieto. 

Otros salmos fueron escritos en el exilio babilónico, cuando el autor enfrentó los peligros de la muerte, la separación violenta de sus niños y el dolor de la impotencia clavándose como espinas e su corazón. Es por tanto requerido que conozcamos tanto como sea posible el entorno del autor de los salmos para que podamos comprender mejor, a nivel simple y literal, lo que realmente enfrentaba en el momento de escribir estos cantos sangrados para sí mismo y para la posteridad.

Como los Tehilim fueron escritos bajo inspiración divina, confesarlos y leerlos, haciéndolos tuyos, procurando que expresen así también los deseos de tu corazón, se vuelven una fuente poderosa de acercamiento a Di-s, porque, cuando los lees,  y los confiesas poniendo en ello tu concentración y los deseos de tu alma, haciendo  también tuyos los deseos del escritor, esa inspiración original del autor sagrado, se activa en ti y te eleva a la Presencia misma del Altísimo.

Los Tehilim los confesamos también como una fuente de Refuá Shelemá(salud integral) para uno mismo, nuestros amigos y familiares enfermos. Y por ello, cuando la enfermedad toca a nuestras puertas, una de las fuentes primarias de recuperación es leer los salmos porque la energía espiritual que contienen puede ser usada por el Altísimo como un canal de sanidad toda vez que los salmos, por su inspiración divina, tienen un poderoso efecto en los mundos superiores, siendo capaces de atraer desde la Presencia Divina, luz y energía de sanidad y recuperación para los enfermos. 

Por supuesto, los salmos no reemplazan la ciencia médica, pero actúan como parte integral del proceso de sanación que, juntamente con las recomendaciones de tu médico familiar, contribuyen también a la restauración física, emocional y espiritual del necesitado de refuá shelemá.

A la hora de confesar un Tehilim a favor de un enfermo, debemos mencionar primero, el nombre del enfermo seguido por el nombre de su madre, porque la madre expresa el atributo de la misericordia más cercano a la Divinidad que exista en el mundo y es precisamente ese atributo el que deseamos que nos sea enviado desde el Cielo a favor del necesitado.

Mientras tenemos el principio de que no debemos utilizar palabras de la Toráh como amuleto para procurar la sanidad de los enfermos, en el caso de la lectura de los Tehilim está permitido y no solamente permitido, sino también, recomendado porque los Tehilim, a diferencia de la Toráh, fueron escritos precisamente para acercarnos a HaShem, buscar Su bendición y Su protección.

Confesamos los Tehilim no solo para Refuá Shelemá, sino también para Refuá Hanefesh, la rectificación, sanidad y elevación de tu alma, toda vez que ese fue el propósito supremo del autor sagrado: acercarse a HaShem y disfrutar de Su compañía y Su gracia. 

De modo tal que toco el que desee vivir más apegado al Eterno, encontrará en la lectura apropiada de los Tehilim, una fuente segura y confiable  de acercamiento al Eterno.

Debido a esto, los Tehilim no deben ser leídos de prisa, corriendo, para salir del paso, sino pausadamente, procesando cada palabra y cada frase y dejando que el mensaje del salmo penetre tu corazón y tus pensamientos.

Una antigua tradición afirma que fue durante las horas de luz del día, que Dio Altísimo le reveló a Moshe Rabenu la Toráh mientras que fue por las noches cuando le enseñó la Toráh Oral, y de ahí algunos han dicho que de noche no se estudia Toráh Escrita sino solo Toráh Oral, y por tanto, los Tehilim no se deben leer de noche, solo de día. Sin embargo, otros postkim, correctamente hicieron notar que los Tehilim son plegarias al Eterno y por tanto, como tales, pueden ser confesadas cuando la necesidad llega, sea de día o de noche. 

Nosotros seguimos la costumbre del rey David, que recibió inspiración para escritor los Tehilim tanto de día como de noche, y por tanto, está permitido confesar los Tehilim tanto de día como de noche, porque el alma humana requiere esa conexión con HaShem tanto en la mañana, como en la tarde, como en la despedida del sol.  

Siempre debemos recordar que los Tehilim son formas de Tefiláh sobre todas las cosas y por tanto, su uso puede aplicarse en cualquier momento y en cualquier necesidad.

El uso de los Tehilim en los días previos, durante y posteriores a las santas convocaciones anuales y el Shabat semanal, son parte de nuestras costumbres, especialmente en los días de Elul, Yom Teruáh y los 10 días que van desde Rosh HaShanah hasta Yom Kipur.

En  casos de extrema necesidad y peligro inminente, está permitido dividir la confesión de los Tehilim entre muchas personas para completar su lectura en una hora, en dos horas o en tres horas previo a la llegada del inminente peligro o durante el peligro. Por ejemplo, si tenemos 150 Salmos, podemos tomar a 30 personas, y que cada una lea 5 Salmos en una hora, y de esa manera, todos los Tehilim con sus bendiciones y energías espirituales se esparcirían sobre la situación de emergencia, en una hora,  y ello atraería sobre cada persona en necesidad una medida de protección única en su clase. 

Si la situación de emergencia requiere darse más rápidamente que una hora, se aumentan los lectores para completar todo el Salterio en minutos. 

Algunos Tehilim son más apropiados que otros para bendecir ciertas necesidades específicas de la persona. En nuestra tradición, los siguientes  situaciones aplican a los siguientes salmos:

 

Para encontrar pareja:  32, 38, 70, 71, 72, 82, 121, 124.

Para el día de bodas que todo salga bien:  19

Para el momento del parto por el bien de la mamá y el bebé:  4, 5, 8, 20, 35, 57, 93, 108, 142.

Al momento que el bebé nace: 20 y 139

El día del Brit Miláh:  12

Para Refuá Shelemá (Sanidad o Recuperarse): 6, 13, 20, 22, 23, 30, 32, 38, 41, 51, 86, 88, 91, 102, 103, 121, 130, 142, 143.

Para la parnasá y el sostenimiento familiar: 23, 34, 36, 62, 65, 67, 85, 104, 121, 136, 144, 145

Por paz interior:  16

Para tener éxito en un nuevo proyecto:  112

Por una situación de necesidad en la tierra de Israel: 43, 79, 80, 83

Por acción de gracias por un favor recibido: 9, 21, 57, 95, 100, 116, 138

Pidiendo dirección divina:  139

Por arrepentimiento: 32,  51 y 90

Por ayuda divina en tiempos difíciles: 20,38,85,86,102,130,142

Por ayuda y protección al salir de viaje: 91 y 121.

Por haber recibido un milagro:  18

Por haber sido salvado de un peligro: 124

Al llegar a casa de un doliente:  16, 17,  33, 49, 72, 91, 104, 130

Por la dedicación de una casa o edificio: 1

 

Conclusión

 

Recuerda que el Sefer Tehilim está desbordado en poder espiritual y su efecto en tu alma y en el mundo espiritual es muy poderoso. No los tomes a la ligera ni los uses indiscriminadamente, pon siempre un cerco de protección alrededor de los Tehilim.

Evita leer tantos salmos al día que te resulte abrumador. Es mejor pocos salmos, ben leídos y confesados, que muchos en apuro y cansancio mental.  Dos diarios hasta máximo cinco, son una excelente fuente de inspiración para tu alma.

Siempre ten presente que la lectura de los Tehilim, aun cuando no reemplazan el grito único de tu plegaria personal,  son un conducto a través del cual las bendiciones entran prácticamente en todas las áreas de la vida, desde la salud y la riqueza hasta el bienestar espiritual y la armonía matrimonial. Por tanto, echar mano a este recurso tan extraordinario, será siempre parte de nuestras prácticas y costumbres como hijos e hijas de Israel.

Mientras lees los salmos y haces que sus palabras expresen los deseos de tu corazón, haciéndolos tuyos al momento de confesarlos, pido al Altísimo eleve tu alma y cumpla en ti, por el mérito de estos Salmos Inspirados, los deseos de tu corazón.

Autor

|  Rab Dan ben Avraham

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