Parashá 26 Shemini
- Rab Dan ben Avraham
- 20 abr
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 25 abr
Entre fuego sagrado y fuego extraño: vivir con santidad en lo cotidiano.

Esta semana, la parashah Shemini continúa informándonos lo que aprendimos en Tzav (ordena) sobre la consagración de los cohanim por un período de siete días. A la conclusión de ese período, se introduce el día octavo, cuando la Presencia Divina desciende sobre el Mishkán a la vista de todo Israel. Además de esto, la parashá nos cuenta del triste caso de los hijos de Aharón, Nadav y Aviú quienes mueren ante la Presencia del Eterno por ofrecer fuego extraño en el Santuario. La sección para este Shabat concluye con las instrucciones sobre kashrut y algunas lecciones importantes sobre pureza ritual. Como siempre hemos indicado, es preciso que todos los estudiantes de nuestro Ríbi procuremos encontrarlo en los escritos de Moshé, porque Moshé no hizo otra cosa que escribir sobre él. Quizá como en ninguna otra parashá, Mashiaj se hace presente de una forma extraordinaria. Prestemos atención, pues después de su resurrección, el maestro glorificado se revela a sus talmidim en ciclos de ocho días, lo cual podría ser visto como una alusión a Shemini.
Resumen general de la Parashá
Queridos compañeros de Emunah, Esta semana leemos la Parashá Sheminí —que significa “Octavo”— y no es un número cualquiera. En la Torá, el ocho simboliza lo que trasciende, lo natural, lo que se eleva por encima del ciclo completo del siete. Este octavo día marca el inicio oficial del servicio en el Mishkán, el Tabernáculo, ese santuario portátil donde el cielo tocaba la tierra.
Aharón y sus hijos, los cohanim, son investidos con su labor sagrada. El pueblo observa con reverencia cómo la Presencia Divina desciende en forma de fuego y consume la ofrenda… ¡Un momento de gloria!
Pero enseguida, la narrativa nos sorprende con un giro doloroso: los hijos de Aharón, Nadav y Avihú, ofrecieron “fuego extraño”, y fueron consumidos por un fuego celestial. Un acto no autorizado, quizás nacido del entusiasmo, pero no alineado con la voluntad divina.
Más adelante, esta porción nos introduce en las leyes de kashrut, distinguiendo entre animales puros e impuros, enseñándonos que incluso comer puede ser un acto de espiritualidad.
🔍 Puntos esenciales que debemos estudiar:
El fuego perpetuo sobre el altar: símbolo del compromiso constante.
La manifestación de la Shejiná: cuando hay obediencia, hay gloria.
La tragedia de Nadav y Avihú: el peligro de actuar sin dirección.
Instrucciones de duelo para los cohanim: cuando servir a Dios implica postergar el dolor personal.
Prohibición del vino en servicio: claridad mental en lo sagrado.
Leyes alimentarias: ¿qué nos dice HaShem sobre lo que ingerimos?
Santidad práctica: separar lo puro de lo impuro no solo con palabras, sino con acciones diarias.
🌟 Aspectos destacables para nuestra comprensión
La Parashá Sheminí, no es solo una crónica del pasado. Es un espejo para nuestra generación. Cada ley, cada instrucción, cada suceso nos habla sobre el cuidado con el que debemos tratar todo lo que está relacionado con lo espiritual. La obediencia no es un castigo: es una forma de amor. El detalle, la precisión, la intención… son señales de reverencia.
Los sabios enseñan que el fuego extraño no fue castigado por la desobediencia per se, sino porque se mezcló entusiasmo sin dirección. Una lección clara para todos los que servimos con pasión, pero debemos recordar siempre la brújula: la voluntad de HaShem.
¿Cómo aplicar esta parashá hoy?
Hoy no tenemos Mishkán ni altar… pero sí tenemos hogares. Y nuestros hogares pueden ser mini-santuarios si permitimos que allí habite la armonía, la pureza y la luz de la Torá. ¿Cómo?
Sé fuego, pero no te quemes: actúa con pasión, pero también con sabiduría.
Vive con conciencia: tu forma de comer, hablar, decidir y descansar puede ser sagrada.
Escucha instrucciones: a veces, no necesitamos hacer más… solo hacer bien.
✨ Lección reflexiva de esta semana
“Cada acto tiene un eco espiritual.”
Si Dios está en los detalles… ¿Cómo podemos pasar por la vida sin prestarles atención? En el Talmud (Yomá 86b) leemos:“Grande es el arrepentimiento, pues transforma las transgresiones intencionales… en méritos.”
A Nadav y Avihú los perdemos físicamente, pero su historia es una advertencia viviente: ¡no todo fuego es bienvenido! El verdadero fuego sagrado es aquel que arde con dirección y obediencia.
Querido talmid, querida hija de Israel, Que esta semana puedas tomar decisiones pequeñas, pero llenas de luz. Que cada alimento que pongas en tu boca, cada palabra que salga de tu corazón, y cada acto de tu vida… sea una ofrenda sagrada.
gracias rab por esta parashat. Muy hermoso el contenido de ella, ahora he descubierto un poco mas de cuan extenso es el tema de santidad en nuestras vidas.
con cada parasha, con cada enseñanza voy apendiendo acerca de como poder alcanzar esa santidad.
muchas gracias por sus enseñanzas, gracias a HaShem por su vida, por la de su esposa, por la vida de sus hijos y tambien le doy gracias por toda la comunidad de ani ami, gracias por mostrarme este mundo de estudio que no conocia, en verdad me deleito en ello, es muy dulce, es miel para mi vida. gracias y muchas gracias.
Hermosa esta Parasha.Cada año se aprende algo nuevo de cada porción de la Torá.Gracias Rab por usar su tiempo en el estudio y enseñanza de los Escritos sagrados .