Proverbios: Inteligencias
- Yehoshúa Villarreal
- 28 may
- 5 Min. de lectura
La Inteligencia Divina frente a la Inteligencia Artificial: Dos fuentes de sabiduría en un mismo universo.

“Porque el Eterno da la sabiduría, y de su boca viene el conocimiento y la inteligencia.” Proverbios (Mishlé) 2:6
En estos tiempos aciagos tan disímiles y antagónicos, donde a lo malo se le llama bueno, y a lo bueno se le llama malo; donde los valores morales declinan y yacen en la bóveda de la moraleja, del banco de la nada; donde el sentido común dejó todos sus comunes, abortando su común denominador; donde la anorexia mental deja huérfana las virtudes vivenciales, legado del libro de la vida plena... Tiempos que en su momento quedan totalmente llenos de vacuidad, soledad, más allá de una “verdad artificial”. Existe, en el devenir de los tiempos milenarios, una invitación de parte del Creador de todos los tiempos, y es echar mano del recurso más poderoso e inagotable diseñado para cada criatura viviente y presente: Se trata de la inteligencia que sale de la boca del Señor de señores.
En la actualidad, donde la cibernética se encuentra en su más alto avance tecnológico, donde la robótica, computadoras pensantes, sistemas sofisticados, programas de comunicación y telecomunicaciones, programas espaciales y satelitales alcanzan hoy por hoy uno de los más elevados y poderosos estándares nunca antes vistos en cualquier era pasada, se hace necesario darle un pequeño vistazo al concepto de “inteligencia artificial”, según la ciencia.
¿Qué es la inteligencia artificial?
Es un campo de la informática que se enfoca en crear sistemas que pueden realizar tareas que normalmente requieren inteligencia humana, como el aprendizaje, el razonamiento y la percepción. Al igual que la inteligencia humana, es un concepto complejo de definir, ya que aún no existe una definición formal y universalmente aceptada. La Comisión Europea la define como sistemas de software —y posiblemente también de hardware— diseñados por humanos que, ante un objetivo complejo, actúan en la dimensión física o digital: es capaz de percibir su entorno a través de la adquisición e interpretación de datos estructurados o no estructurados... Razonando sobre el conocimiento, procesa la información derivada de estos datos y decidiendo las mejores acciones para lograr el objetivo dado.
Ahora bien, ¿cómo funciona esta IA?
La IA utiliza algoritmos y modelos matemáticos para procesar grandes cantidades de datos y tomar “decisiones” basadas en patrones y reglas establecidas a través del aprendizaje automatizado, que es la capacidad de una máquina para aprender de forma autónoma a partir de datos, sin ser programada específicamente para hacerlo. De esta manera, la IA puede mejorar su precisión y eficiencia con el tiempo.
La IA tiene que tener la capacidad de razonar, planificar y tomar decisiones complejas en un amplio espectro de situaciones. Según estos estudios, la IA se puede diferenciar mediante su potencia, las cuales son los siguientes: La IA débil con alcance limitado. La IA fuerte con una amplia gama cognitiva y autónoma que realiza múltiples tareas. Y la IA súper inteligente, que es un tipo de IA que superaría la inteligencia humana en todos los aspectos. Este nivel de IA sería capaz de comprender el mundo de una manera que está más allá de la capacidad humana, siendo capaz de resolver problemas complejos a una velocidad y eficiencia que los seres humanos no podrían alcanzar. Sin embargo, la cibernética nos narra que esta IA súper inteligente aún no ha sido desarrollada en la práctica. Es decir, el común denominador del factor humano en este tema sigue caminando a ciegas. Dicho de otra manera, no sabemos hasta qué punto puede la IA manipular o controlar la inteligencia humana.
Pero sigamos usando y aplicando la IA en ese abanico de aplicaciones y múltiples servicios, al ritmo que nos pauta la ciencia, de la que a veces no somos conscientes... Obviamente, no debemos demonizar a esta alta y poderosa tecnología, ya que estos avances tecnológicos SIEMPRE tendrán una equivalencia o una homología, a saber: Una invisible y otra visible, por lo que se refiere a los adelantos y hechos creativos de la ciencia, la tecnología, los estudios satelitales, espaciales y muchos más. Todos, absolutamente todos, tienen su origen en un mundo que no se ve, en un mundo que alguna vez conocimos, pero que hoy no recordamos... y por ello no deja de existir... Dicho de otra manera, se crea en las supraneuronas de una MENTE, más allá del alcance de la nuestra.
Conviene subrayar que todas las investigaciones, teorías físicas, matemáticas, ecuaciones, etc., hechos en este mundo terrenal, desde que el mundo es mundo, descienden de lo Alto; por lo tanto, el CREDITO de todos estos descubrimientos nacen y se adjudican al ÚNICO HACEDOR... ¡EL ETERNO! Al cual le plació por Gracia, compartir contigo...
Pongamos por caso el testimonio contundente de Srinivasa Ramanujan (1887-1920) quien fue un genio físico y matemático hindú autodidacta, conocido por sus contribuciones a la teoría de los números, al análisis matemático y las fracciones continuas. Hizo descubrimientos ecuacionales, aprendió por su cuenta, sin formación académica formal. Él decía:
“Una ecuación para mí no tiene sentido si no representa un PENSAMIENTO de Dios”.
El Eterno que es bueno, desciende Sus Pensamientos e ideas creativas, únicas para aquellos seres humanos dispuestos a ser vasija mental, y presta para recibir las aguas celestiales de sabiduría e inteligencia... Cuyo mover va a depender sólo de ti.
“Y lo colmó de Espíritu Divino, con inteligencia, con entendimiento y con conocimiento en toda labor. Para proyectar proyectos, para trabajar en oro, plata y cobre; en labrado de piedra para engaste, y en tallado de madera, para elaborar toda labor profesional”. Éxodo (Shemot) 35:31-33
Como lo dice el Proverbio 2:6, que nos compete:
“... de su boca viene el conocimiento y la inteligencia.”
La sabiduría, el conocimiento y la inteligencia salen de Su boca, de donde salió todo lo creado y lo increado, donde el sonido de Su voz creó un canto superlativo capaz de modelar la existencia inexistente, y sacarla de la eternidad de Su mente, y traerla a las arenas vivenciales de la tierra...
Por tanto, bendito sea el Eterno que nos presta Su sabiduría y Su inteligencia para crear mancomunadamente con Él grandes inventos tecnológicos que, sin Él, estarían fuera del alcance de nuestras posibilidades creativas.
No pienses que este breve análisis va en detrimento de la IA; sino todo lo contrario, es identificar dónde inicia su verdadero origen y cómo en tan corto tiempo la cibernética capturó literalmente los círculos de la tierra, preñándola con la más alta, sofisticada y avanzada tecnología imperante en estos tiempos.
Por último, es importante evidenciar lo que Salomón le pidió al Eterno... ¡SABIDURÍA! Pero, olvido lo más importante, lo que acompaña por todos los senderos de los siempres a la sabiduría, y esta es la ¡INTELIGENCIA! ¿Por qué la inteligencia y no otra virtud? Porque escrito está que la inteligencia te protege de todo mal, por lo tanto, Salomón tenía todo lo que pidió, y el Eterno se lo concedió. De tal manera que, a pesar de caminar con la sabiduría de Hashem, al no pedir la inteligencia, desvió su camino con un harem de 900 mujeres aproximadamente. Terminó complaciéndolas con ídolos extraños y religiones raras... a mi entender, ningún hombre, por mucha virilidad que tenga su cuerpo, jamás de los jamases, podrá complacer o satisfacerlas a todas. Los trescientos sesenta y cinco días del año no le alcanzarían para complacer tan solo a una por día.
“He aquí que el temor del Adón es la sabiduría, y el apartarse del mal la inteligencia.” Job 28:28
Por lo tanto, no existe inteligencia artificial, sin la Inteligencia Divina, mas la artificial también es bendición divina. Recuerda que la IA debe someterse a la inteligencia del Creador, que es de allí donde nacen ambas; además, crea a nuestro alrededor una cúpula de protección genuina para que nos acompañe en este paso por la vida plena...
כלהקבוד
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