Proverbios: ¡Viva la vida!
- Yehoshúa Villarreal
- 31 mar
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 4 abr
La sabiduría que da vida: Un canto de amor y reflexión en los caminos de la fe.

“Hijo mío actúa en todo con reflexión y prudencia, no los pierdas de vista. Ellas serán vida de tu alma y adorno de tu cara.” Proverbios (Mishlé) 3:21
Cabalga alma mía hacia el encuentro con la alborada, tímida mensajera que se asoma a la ventana, para anunciar la voz temprana que pregona la mañana de Aquel que con gracia elocuente te trae la dádiva; perpetua luminaria del mañana de hoy…
Cuentan las alas ancestrales que las nubes que tejen los cielos, atraviesan su sinestésico plumaje; alas de silencio que cantan y cuentan, los cuentos del cuenta-cuento de los vientos.
Pasado tardío; tú que, desde tu estado lejano, te devuelves como el eco adormecido, para traer de vuelta contigo, las hojas secas y quebradizas de un ayer que decidió abrazar al presente hoy…
Yergue roca amada en tus siempres milenarios que apaciguan tus andares inertes, que no se desplazan, pero cantan con voz callada…
Tú, prudencia, que reflexionas y navegas desde la nada sin tiempo, por favor desembarca en el puerto soleado, donde la sincopa en clave de sol, revolotee con las aguas de mis pensamientos de sol naciente…
¡Que viva la vida contigo, Padre amado! Porque la vida sin ti, es como el encuentro que no encontré; como el ave que olvidó su vuelo; como el pez que le secaron sus aguas; como el penitente que calló su oración; como el huérfano que no te conoció.
No permitas que desfallezcan mis fuerzas porque mi fortaleza eres tú. ¡No tardes, amor mío, Padre mío, ¡porque muero de amor por ti…!
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