Números 13:15:41
Haftará: Yehoshúa (Josué) 2:1-24
Código Real (N T) Yojanán (Juán) 9:1-10:42.
¿Son tan hermosas e importantes para nuestra enseñanza, las tres lecturas que corresponden para este Shabat?
Tanto la lectura de los doce espías enviados por Moshé a inspeccionar la tierra de Canaán de Números y las consecuencias por los informes desfavorables de diez de los doce hombres enviados de la tierra; la haftarát de Josué enviando a dos espías y todo lo relacionado con la acción de Rajab la mujer cananea y las consecuencias que obtuvo a su favor salvándose ella misma y toda su familia de la muerte en la conquista de por los israelitas de Yericó; terminando con el Código Real (NT), donde se nos relata el capítulo 9 entero para la sanación por medio de Yeshúa a un ciego de nacimiento y lo que repercutió, porque fue realizada en el día del Shabat.
Quiero enfocar la enseñanza para este Shabat para las mujeres dado que en ambas lecturas se informa de que tanto Moshéh como Josué envían espías a inspeccionar la tierra de Canaán, pero Josué aprendiendo la lección, envía solamente a dos a inspeccionar Yericó (Jericó).
Después de la gran experiencia de treinta y ocho años vagando por el desierto como consecuencia de hablar mal de la tierra que el Eterno dijo que era buena y que fluye leche y miel, y después que toda esa generación de hombres encontraron la muerte en el desierto, el pueblo hebreo se encuentra en la entrada de la tierra que le prometió se la daría a sus antepasados Avraham, Yitzjak y Yaacob.
Yehoshúa, sucesor de Mosheh, envía a inspeccionar Jericó.
Josué 2:1; nos dice que estos hombres llegaron a casa de una mujer proveedora, o posadera, cuyo nombre era Rajab, y durmieron allí.
En la Torah para mujer, está la palabra isháh; y para proveedora o posadera, la palabra zonáh; por tanto isháh zonah.
En hebreo la palabra zonáh es ambigua; Rashí, como también el Targún nos dice que se refiere a una mujer que provee alimento en una posada; para otros intérpretes, una mujer que provee sus servicios carnales a los demás, ya que solían hacerlo en las posadas a la orilla de las murallas.
Sea lo que fuese, no olvidemos que esta mujer Rajab no era de la congregación de Ysrael, sino una cananita de Jericó.
Cuando se informó a su rey que había recibido a dos hombres, envió una comitiva, con la orden de que ella sacara a los hombres que estaban en su casa, ya que habían venido a expiar la tierra. Joshué 2:4-6; La mujer que los había escondido, respondió: Ciertamente vinieron a mí dos hombres, pero no supe de donde eran y sucedió que cuando el portón (de la ciudad) estaba a punto de cerrarse en la noche, los hombres salieron, pero no supe donde marcharon esos hombres. ¡Rápido!, persíganlos para que los alcancen. Y ella los subido al techo y los había ocultado en los tallos de lino que había colocado en el techo.
Con esta información los perseguidores se fueron fuera de la ciudad en dirección al río buscándolos.
Vemos a una mujer que hizo bien a los dos hebreos, y ella quiere que por esa acción sea recompensada.
Aprovecha la situación que se le ha presentado y rápidamente va hablar con los dos hombres; le confiesa que ella sabe que el Eterno les ha entregado esta tierra y ha caído el miedo a ellos sobre nosotros y nuestras fuerzas han desfallecido, porque hemos escuchado que el mar del Suf el Eterno los sacó y también han derrotado al otro lado del Yardén a los dos reyes; a Sijón y a Og.
Al comienzo de su conversación con los hombres Rajab hace una confesión inusual, pero con mucha seguridad: Josué 2:9; yo sé que el Eterno ha entregado esta tierra a ustedes; ahora exclama en el versículo 11, Pues el Eterno, su Di-s, es el único Dios en los cielos arriba y en la tierra abajo.
Esta gran confesión que sale de sus labios, tiene mucho poder, verdad, fe y también gran sabiduría por parte de ella.
Fue después de estas palabras que les expresó su plan; Josué 2:12,13; Y ahora por favor, júrenme por el Eterno- puesto que yo he actuado con ustedes con bondad- que también ustedes actuarán con bondad con la casa de mi padre y denme una señal autentica (sobre esto). Y dejarán vivir a mi padre y a mi madre, a mis hermanos y hermanas, así como todo lo que poseen, y salvarán vuestras almas de la muerte.
Al comienzo de esta historia, cuando los espías fueron enviados, nos dice el texto que llegaron a la casa de una mujer proveedora= Isháh zonáh; en verdad que esta mujer, Rajab intentó y al final proveyó (como más adelante veremos) para ella y para todos los suyos salvación, aprovechando la única ocasión que se le presentó.
La respuesta de los dos hombres fue: con nuestras vidas, seremos garantes de tu vida y la de tu familia si no revelan este asunto.
Rajab no les dio otra opción. Actuarán con verdad hacia ella por haberlos salvado y con bondad para su familia.
Después del trato realizado, los bajó con una cuerda por la ventana que daba a la pared de la muralla de Jericó y les dio un último consejo de esconderse tres días en la montaña, antes de proseguir su camino.
Josué 2:17-20; Los hombres le dijeron: “Absueltos quedaremos de este juramento que nos hiciste jurar: He aquí que cuando entremos a la tierra, ata tú este cordón de lino carmesí en la ventana por donde nos hiciste descender y a toda tu familia reunirás contigo dentro de tu casa y sucederá que todo el que salga de la puerta de tu casa, su sangre será sobre su cabeza y nosotros seremos absueltos. Y si tu revelas nuestro asunto quedaremos absueltos del juramento que tu nos hiciste jurar.
Versículo 21; Ella dijo: “Será conforme a sus palabras” y los envió y se fueron; y ella ató el cordón carmesí en la ventana.
Sea lo que Rajab fuera, si posadera o ramera, ya que en hebreo es muy difícil traducir la palabra zonáh, de seguro que ya nunca más fue la misma. La cuerda grana y la ventana de la muralla, si antes fueron utilizadas para el pecado; de aquí en adelante Rajab las utilizó como instrumentos para redención de los espías de ella misma y de su familia.
Una mujer valiente, ya que les hizo jurar, como ellos mismos confiesan que lo que ella pidió, salvarse ella y todos los suyos, lo llevará a cabo cuando conquistaran Jericó.
Por su parte los espías usaron el mismo método con ella, que el Eterno usó con ellos al redimirlos de Egipto y fue reunirlos a todas las familias en sus casas la noche de Pesaj, cuando el malaj de la muerte pasó matando a los primogénitos. La sangre pintada en las puertas que serviría para redención, en este caso, la sustituyeron por el cordón color rojo o grana atado en la ventana de Rajab en la muralla.
Cuando los dos espías vuelven, le informan a Yehoshúa (Josué) todo el relato y el informe que les dio la mujer de que el temor ha entrado en los habitantes de kenaan en señal de que el Eterno se los ha entregado.
Fin de la porción de los profetas correspondientes a la parashat para este Shabat.
Quiero que sepáis el final de esta historia y para eso vamos a la conquista milagrosa de Jericó que se encuentra en Josué 6:15-27;
Después de pasar a filo de espada a todas las personas y los animales de Jericó, nos dice el texto en el versículo 22-24; Josué había dicho a aquellos hombres que espiaron el país:”Entren en casa de la posadera y saquen de allí a la mujer y a todo cuanto sea de ella, conforme le juraron. Entraron los espías y sacaron a Rajab, a su padre, a su madre, a sus hermanos y a todo cuanto era suyo; y también a todos sus parientes sacaron y los dejaron a salvo fuera del campamento de Ysrael.
Solo después, quemaron a fuego la ciudad con cuanto en ella había.
Ver 25 y 26; Pero a Rajab, la posadera, a la casa de su padre y a todos los que eran de ella, les conservó la vida Yehoshúa (Josué) y ella habitó en medio de Ysrael hasta el día de hoy (el día que el escritor escribió el libro de Josué), por cuanto había escondido a los emisarios que envió Josué para espiar Jericó.
En medio de una sentencia de destrucción para todos los habitantes de Jericó, una mujer cananita, pero con gran bináh, (discernimiento) y jobmah (sabiduría), por salvar de la muerte a dos hombres enviados, le fue contado su buena obra como mérito para salvarse ella con todos los suyos.
El Eterno que conoce a sus siervos, aunque el relato no nos da sus nombres, sí nos muestra el aprecio y valor que tienen para El.
Y por preservar la vida a estos dos hombres gigantes, el Eterno le preserva la vida a ella con todos los suyos.
En toda esta historia, se nos dice su nombre: Rajab; queriendo con esto ensalzarla más que a los espías.
Los dos espías eran Calev y Pinejás (Pinjás)
Por último quiero resaltar que ya hemos visto que a Rajab junto con los suyos, cuando la salvaron, la pusieron fuera del campamento de Ysrael. Al final del ver 25, nos dice que: Ella habitó en medio de Ysrael.
Rajab también paso con éxito, el tiempo de observación a su conducta y fue aceptada como miembro del pueblo de Ysrael.
Si Rajab pudo salvar de la muerte a su familia y añadirse al pueblo del Eterno, cuanto más tú, y yo que tenemos a favor nuestro los méritos de Yeshúa y su intercesión a nuestro favor delante del Padre, si vivimos practicando las obras que agradan al Padre para recompensa nuestra; que siempre debe ser primero, nuestra salvación y la de los nuestros
Con el permiso del cielo, por los méritos de nuestro santo maestro Yeshúa Ha Mashíaj y bajo la autoridad del rabí Dan y la Rabanit Yehudit y el permiso de mi esposo, el shaliaj Kefa, sobre ellos sea la bendición.
Que la luz del Shabat irradie en cada una de vosotras y en los vuestros. Shabat shalom.
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