Un proverbio: hambre de Ti

“Un alma hartada despreciará lo que destila del panal de miel, mientras que para un alma hambrienta todo lo amargo le es dulce.” Proverbios (Mishlé) 27:7

Dime cómo escapo de este amor empíreo, huyo de él y no encuentro lugar donde me pueda esconder. Cuando creo estar oculto, tú mirada me atraviesa y teje cada poro de mi piel. Me pierdo en los laberintos irracionales del anacoreta enamorado que clama porque mi amor se enamoró de ti.

¿Qué hago Amado mío? Por que mis ojos no te pueden ver, se llenan de agua y se ahogan en el silencio del ciego que no puede ver...

Sol y Luna, díganle al amor de mis amores que muero de amor por Él, que mis fuerzas declinan como el último aliento del día en medio de la noche.

Yergue el aliento de mi voz que clama por ti... libérame de mí mismo, porque la iniquidad se mofa de mi existencia, y como frágil hoja en medio del rio, soy llevado por doquier sin poder alcanzar un hálito de Tu Exquisita Presencia.

Por favor Padre Amado, déjame recostarme en Tu pecho para que los latidos de Tu corazón me susurren al oído que Tú también me amas...no tardes, porque mi cuerpo y mi alma se doblan con el peso del tiempo... ¡No calles Amado mío, porque estoy muriendo de amor por Ti!